ORIGEN DE LA BOTTEGA

Muchos nos preguntáis que significa La Bottega, de donde viene este nombre, si es catalan, italiano.....que si bien es cierto que seguimos siendo a nivel general  la "Bodega del Arte", de lo que estamos encantados, ya que nos gustan mucho estos lugares y nunca  se sabe en lo que derivarán las cosas... pues bien, en este articulo lo vamos a explicar.

 

Es una buena excusa para comenzar este blog hablando de las experiencias que hemos vivido en este espacio en estos ya casi 11 años de vida, aunque también habrá cosas que creamos interesantes sobre materiales, arte, etc...

 

Que mejor forma entonces para empezar, que contaros cómo se gestó, para bien o para mal,  esta feliz idea .

 

Era el año 2012, año de muchos cambios para mi. Soy restauradora de arte o, bueno, por lo menos eso estudié,  aunque la verdad es que desde que acabé la carrera hacía el 2002 he sido muchas cosas. 

Llevaba 8 años trabajando en una empresa que muchos podrían creer que era un sueño, un privilegio, restaurando piezas que nunca hubiese imaginado, pero que con el tiempo y la continua degradación de las condiciones laborales, hicieron que el sueño se convirtiese en una realidad anodina y vulgar, donde el amor al arte se convirtió en algo secundario, primando otros intereses mucho más mundanos con los que nos obligaban a comulgar (nunca mejor dicho en una Institución de apariencia religiosa)  estando la rapidez y el dinero por encima de todo. Una especie de gran hermano con ojo eclesiástico que no expulsaba a nadie, sino que invitaba a abandonar sin ninguna compensación...eres autónoma, lo sabes? ...pues sí, y para mi desgracia sigo siéndolo...pero ahora una autónoma medio feliz.

Pues bien,un dia por fin me cansé de esas lentejas que tanto nos decían que era lo único que había y me fui a otro lugar en el que curiosamente son también apreciadas, Italia, a Florencia concretamente. 

Creo que todos los que hemos estudiado algo relacionado con el Arte, tenemos esta idea romántica de Florencia, cuna del Humanismo, de los grandes del Renacimiento, visita obligada de artistas y donde sufrirás el inevitable síndrome de Stendhal. 

Porque todo es alucinantemente bello, porque no sabes por dónde empezar...

Y creo que es asi, tal cual, pero si haces de turista, no para poder vivir de ello.

 

Bueno, el caso es que fui a  realizar un curso de Restauración de Pintura Mural, que me costó un pastón, por cierto, en una escuela privada, muy famosa sí,  pero donde no aprendí nada.

Era casi verano y los profesores estaban ya a otras cosas, pero por lo menos pude conocer a gente interesante relacionada con este mundillo. Entre ellos, a un señor que no me acuerdo de su nombre, que había trabajado con Umberto Baldini, el famoso historiador creador de la "Teoría del Restauro" moderna, y que había restaurado algunas de las principales Obras de Arte dañadas tras el famoso "Alluvione",  la inundación de Florencia de  1966.

Ilusa de mí , pensaba que podría encontrar trabajo en ese tiempo en las múltiples "Bottegas del Restauro" que  había en la ciudad. Había "Bottegas" por todo los lados, del Arte, de la Música..de Francesco..de tal..de cual...porque el nombre significa nada mas y nada menos que Tienda o Taller.

Así, hice una lista y empecé a recorrerlas , encontrándome las pocas que estaban abiertas, con que eran pequeños espacios donde se acumulaban principalmente antigüedades, siendo muy generosa con este término, con unos propietarios a los que no veía precisamente subidos a un andamio. 

Según me contó por fin una profe del curso, encontrar trabajo de restaurador en Italia es muy complicado, ya que para acceder a un sitio mas o menos decente, no pedia yo ir directa a restaurar a la Galeria de los Uffizi precisamente, tienes que haber salido de una las cuatro escuelas con título reconocido oficialmente en todo el pais, en las que ya es dificilísimo entrar. 

Había otros muchos talleres si, algunos provenientes incluso del XVI, descendientes de las familias más famosas de artistas, que sí que aceptaban restauradores pero casi siempre como ayudantes, en unas prácticas perpetuas en las que el único sueldo parecía ser el privilegio de que te dejasen formar parte de ese equipo, vamos, casi como en mi trabajo anterior. La continuidad del antiguo sistema gremial de talleres pero sin posibilidad de ascenso.

Pero mi estancia allí no fue totalmente en balde, nos juntamos una panda muy curiosa de alumnas del curso: una italiana, una suiza, una francesa, una jerezana, y yo, una burgalesa, que al salir de clase, entre búsqueda de bottega y bottega, haciamos paraditas en los bares para compartir los "aperitivi"  tipicos de la ciudad.

Y fue precisamente en uno de esos paseos, entre Spritzs y Negronis, cuando me encontré con un espacio que cambiaría mi fututo, Zecchi, la tienda de tiendas de las Bellas Artes y  los materiales de Restauración, de la que había oído hablar muchísimo pero que no me acordaba de que estaba allí.

Y creo que mi síndrome de Stendhal se produjo aqui, no por su grandiosidad, ni modernidad, todo lo contrario, porque era como retroceder en el tiempo a esas tiendas de toda la vida, las mercerias o las farmacias que conservan sus muebles y expositores de madera,  sus botecitos de cristal, aqui llenos de pigmentos de colores..Y el caos reinante que tanto me gusta, todo bastante desordenado, amontonado para poder tocar, revolver...

Yo queria algo asi en mi ciudad....(Contiuará)

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